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El Mercosur y la Unión Europea negocian un tratado de libre comercio

El Mercosur y la Unión Europea acordaron presentar a principios de año que viene la oferta puntual con los sectores en los que se aceptaría una liberalización comercial, para avanzar con el tratado de libre comercio entre los bloques. El secretario de Comercio y Relaciones Internacionales, Luis María Kreckler, le manifestó a Página/12 desde Bruselas –donde se lleva a cabo la segunda rueda de encuentros– que “las reuniones entre los bloques vienen siendo muy auspiciosas”.

Ante la preocupación desde sectores industriales por la potencial mayor competencia europea en segmentos donde hay una clara desventaja para el empresariado local, el funcionario resaltó que “el principal objetivo es proteger a los sectores sensibles”. Más allá de las sucesivas reuniones que se vienen dando, un acuerdo de este tipo requiere una coordinación muy difícil de lograr, ya que tienen que coincidir los países de cada bloque para luego negociar colectivamente, una instancia que todavía parece lejana.

Las rondas entre el Mercosur y la Unión Europea comenzaron en el 2000, aunque estaban paralizadas desde 2004. La reactivación se produjo en mayo de este año, luego de la visita a Madrid de la presidenta Cristina Fernández. El objetivo es lograr una liberalización paulatina del 90 por ciento del comercio interbloque. Para los países sudamericanos, esa meta implica un esfuerzo extra, puesto que el nivel actual que poseen de protección es bastante más alto que el de los europeos.

El segundo encuentro del Comité de Negociaciones Birregionales finaliza mañana en Bruselas. El equipo argentino es liderado por Kreckler, quien indicó que “el anhelo es cerrar un acuerdo de libre comercio a mediados del 2011” y que el próximo encuentro sería dentro de 45 días, en Brasilia. A principios del año que viene, el Mercosur presentaría el borrador con los productos y sectores a negociar.

Ante la intención oficial de avanzar con el que sería el mayor acuerdo de libre comercio del mundo, algunos sectores manufactureros locales muestran preocupación por el efecto negativo que la liberación les podría causar. Uno de ellos es el metalúrgico, que se compone mayormente por empresas pymes y es un importante empleador. Un reciente trabajo del Instituto para el Desarrollo Industrial y Social Argentino (Idisa), que integran Adimra, la UOM y Asimra, destaca que, según la Unctad, “los acuerdos comerciales entre partes con distintos niveles de de-sarrollo conllevan numerosas desventajas potenciales para la parte más débil. La eliminación de los aranceles y otras barreras comerciales en amplias categorías de bienes priva a los países en desarrollo de importantes y poderosos instrumentos de política industrial”. La UE es líder mundial en el comercio de bienes, con una participación del 17 por ciento, y también en el comercio de servicios, con el 28,5 por ciento.

En esta negociación, agrega el trabajo, “diversas ramas de la industria metalúrgica argentina podrían encontrarse en una situación de evidente desventaja frente a su contraparte europea, afectando sectores como el autopartismo”. Señalan que “el espacio de política comercial ya reducido a causa de las normas de la OMC se ve aún más limitado por tratados de libre comercio Norte-Sur”. En respuesta, Kreckler aseguró a este diario que “el principal objetivo es defender la industria, en especial a los sectores sensibles, teniendo en cuenta las asimetrías”. En la misma línea se pronunció la ministra de Industria, Débora Giorgi, indicando que el acuerdo “resguardará la producción y el trabajo nacional”.

Además, los metalúrgicos señalan que “la flexibilidad que los socios desarrollados pueden ofrecer está limitada por la política agrícola de la UE”. Por ello, “los socios en desarrollo se ven privados de la que tal vez sea la fuente potencial más importante de una mejora en el acceso a los mercados de los países desarrollados”, agregan.

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