El Banco Mundial redujo su proyección de crecimiento para los países en desarrollo este año debido a que “vientos en contra” procedentes de las tensiones en Europa han provocado un descenso en los precios de las materias primas y en los flujos de capital en la región. Además advirtió que las economías emergentes deberían prepararse para años de volatilidad en los mercados financieros globales y un crecimiento más débil.
Sin embargo, la entidad elevó su pronóstico para el crecimiento de la economía chilena respecto a su último informe de enero.
Según la actualización de su informe “Perspectivas para la Economía Mundial”, el organismo multilateral espera que el Producto Interno Bruto de nuestro país crezca este año a una tasa de 4,4% tras un fuerte desempeño en el primer trimestre, frente al 4,1% que calculaba para 2012 en su reporte de enero. El Banco Mundial atribuyó la corrección al aumento en los ingresos reales, el alza del empleo y un fuerte crecimiento del crédito. El organismo espera que la economía chilena se acelere marginalmente a 4,7% el próximo año y a 4,9% en 2014.
Por otra parte, el reporte destaca que las dificultades técnicas en el sector minero a comienzos de este año han afectado la producción y han restado al crecimiento anual.
En medio de este complejo escenario, el manejo de la política será especialmente complejo. El año pasado resultó difícil para las economías orientadas al exterior hacer una sintonía fina. Tal como el endurecimiento monetario entonces fue exacerbado por la desaceleración en Europa, también existe el riesgo de que el posterior relajamiento que ha ocurrido desde entonces y quizás en el futuro pueda combinarse con una mejora de las condiciones externas provocando un exceso (overshooting) en la actividad económica y la inflación. “Estos desafíos son particularmente altos para países como Brasil, Chile y Colombia.
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