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Guerra de divisas en México

La fortaleza de monedas de economías emergentes, entre ellas el peso mexicano, está lejos de disiparse en el mediano y largo plazo, lo que puede generar apreciaciones en estas divisas, advierten economistas.
"Una guerra de divisas estará presente, porque las políticas monetarias en el ámbito internacional no están cambiando, pero la lectura del mercado a las minutas del Comité de la Reserva Federal (Fed de Estados Unidos) es que una mayor expansión monetaria (QE3) estará mucho más condicionada", dice Eduardo Ávila, subdirector de Análisis Económico de Monex Grupo Financiero.

Ante la expectativa de que no habrá presión sobre las cuentas externas de México este año, Análisis Santander estima que el tipo de cambio alcanzará una cotización de 12.50 pesos por dólar, ligeramente por debajo de la revisión que ha realizado el consenso del mercado, en 12.60 por unidad.

Incluso, la posición especulativa del peso en Chicago -al 27 de marzo pasado- aumentó significativamente a favor del peso y ahora se ubica en 3,261 millones de dólares, comparado con el nivel de la semana anterior de 958 millones de dólares.

Los funcionarios de la Fed parecían menos predispuestos a lanzar una nueva ronda de estímulo monetario tras la mejora de la economía estadounidense, según mostraron este martes las minutas del encuentro celebrado en marzo.

Las autoridades siguen siendo cautelosas frente al reciente repunte de la actividad económica, pero las minutas sugieren que el apetito por otra ronda de estímulo, bajo la forma de un tercer alivio cuantitativo, ha disminuido de manera significativa.

La lectura de las minutas fue que no se vio tanto entusiasmo del comité para aventurarse a hablar de estímulos, de hecho vieron mejor a la economía de EU, puntualiza Ávila. "La principal lectura fue el alza de más de 15 puntos base en la tasa del bono a 10 años, que había incorporado la posibilidad de este estimulo, pero como ahora no lo tienen en el horizonte regreso a niveles de 2.30%".

La reacción inmediata en los mercados tras conocerse el comunicado fue negativa ya que se leyó una perspectiva de bajas probabilidades para que la Fed implemente una nueva ronda de estímulos vía QE3, agrega la Mesa de Análisis de Banamex.

En general, la expectativa en el mediano plazo es que persista la fortaleza de las monedas emergentes contra el euro y el dólar, de acuerdo con el reporte mensual de Invex Grupo Financiero.

Este comportamiento fue motivado por la reafirmación por parte del presidente de la Fed, Ben Bernanke, la semana pasada de que no se harán cambios en su política monetaria, lo que sugirió que persistirán los altos niveles de liquidez y bajas tasas de interés por un tiempo largo.

Eduardo Ávila de Monex, precisó que Bernanke puso como condicionante para más estímulos monetarios el elevado desempleo, pero "en esa ocasión fue la voz de Bernanke y ahora con las minutas fue un comentario más consensuado entre los miembros del Comité".

Considera que la mayor liquidez en el mercado dependerá del escenario que se presente; es decir, "si los datos económicos en EU son negativos habrá un QE3, de lo contrario seguirán las tasas bajas hasta 2014, pero si mejoran mucho el mercado tendría que evaluar entre cifras positivas que traen crecimiento contra el abandono de laxitud".

De cualquier forma, la política de estímulos monetarios sigue y el peso mantendrá su tendencia de apreciación. "Al parecer Europa tendrá crecimiento lento por bastante tiempo y lo recomendable será políticas monetarias que den estímulo a la economía", menciona.

La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, dijo que los países deberían usar la política monetaria para impulsar el crecimiento dado que no hay señales reales de inflación en las economías avanzadas.

La Fed continuará con apoyos monetarios, pero más del tipo de recompras de bonos soberanos americanos de largo plazo y/o bonos respaldados por hipotecas (MBS), con la idea de seguir anclando a la baja los rendimientos que marcan la pauta para los proyectos de inversión de mediano y largo plazos y para el mercado hipotecario de EU, opina Mario Correa, economista en jefe de Scotiabank.

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