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El Día del trabajo en el Perú

En toda sociedad, el "trabajo" ocupa el centro de la cuestión social. Recordemos que desde 1891, cuando León XIII escribió la encíclica Rerum Novarum, sus recomendaciones causaron gran impacto en el mundo industrial.
Después de la Primera Guerra Mundial, en el Tratado de Paz de Versalles de 1919, se formalizó la OIT, Organización Internacional del Trabajo, tripartita, de acuerdo con las indicaciones pontificias.
Desde entonces, todos los estados cuentan con un foro permanente para debatir los problemas sociales con los trabajadores y representantes de la patronal.
El Perú ha ratificado 200 convenios de la OIT, uno de ellos, muy importante, el N° 169, sobre  derecho de consulta a las poblaciones nativas, que se encuentran aún en desarrollo en nuestra sociedad.
También están pendientes la ratificación del Convenio y Recomendación referidas al trabajo en el hogar, que según ley en vigor está en la decisión de oferta y demanda entre servidores y dueños o amas de casa, casi siempre en términos de injusticia.
El trabajo humano, en esta  época de modernidad, presenta muchas interrogantes y problemas. En el siglo XXI, con tanto progreso y automatización en el campo del trabajo, debe pensarse también en la desocupación, debido a ese difícil proceso en el que un aparato suple a muchos trabajadores. Esa es la gran diferencia de costos en las distintas sociedades.
Se da ahora la producción multinacional, porque en los países avanzados planifican pianos, por ejemplo, los fabrican o unen las piezas en otras latitudes, donde la mano de obra es barata y luego se comercializa con la banca internacional.
Es evidente que el trabajo es un asunto antiguo, tan antiguo como el hombre y su vida sobre la Tierra.
La situación general del hombre, en el mundo contemporáneo, considerada y analizada en sus varios aspectos geográficos, de cultura y civilización, exige, sin embargo, que se descubran los "nuevos significados del trabajo" humano y que se formulen, asimismo, los nuevos cometidos que en este campo se brinda a cada hombre, a cada familia, a cada nación, al género humano y, finalmente, a la humanidad entera, comprendiendo a los gobernantes y gobernados.
Como decimos, el problema del trabajo es clave en la cuestión social. Significa un desafío a los pensadores, a los legisladores, a los ciudadanos, a todos. El problema del trabajo nos obliga a estudiar la técnica, en su aspecto objetivo, pero también el ámbito subjetivo.
Otro gran problema asociado al trabajo es el desempleo, una de las cargas más pesadas que soportan los países pobres, emergentes y aún los desarrollados, donde la llamada "sociedad del bienestar" se ha resquebrajado. 

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