Sobre La ley única de fondos (LUF) publicadas en la prensa en las últimas semanas, Rosario Celedón comenta que la gran mayoría de ellas ha hecho énfasis sobre su dimensión de incentivo tributario. Sin embargo, aclara, en lo central dicho proyecto “no es un proyecto tributario, como lo era la MKIII, por ejemplo”. Explica, en cambio, que “la LUF es un proyecto ordenador de la regulación de la industria de fondos”.
Hoy Chile cuenta con cinco leyes distintas para esta industria. En este sentido, el proyecto -que hoy se encuentra en la comisión de Hacienda de la Cámara- intentaría sistematizar y aclarar la legislación para toda la industria. Una de las dimensiones más interesantes del proyecto, cuenta Celedón, es la posibilidad para la industria de desarrollar productos que se encuentran a mitad de camino entre los fondos más líquidos, como los fondos mutuos, y los menos líquidos, como los fondos de inversión. “Este proyecto trata de desdibujar ese corte tan claro entre los fondos. Queremos que se dé flexibilidad a las administradoras para poder desarrollar productos intermedios, porque creemos que hay una necesidad y esto le podría dar alternativas a los inversionistas”, sostiene.
Sobre los incentivos tributarios, dice que se espera eximir del IVA a los partícipes cuando son extranjeros “simplemente para ajustarse a los estándares internacionales de que no se van a estar exportando impuestos”.
Según el proyecto, la LUF, además, incluirá un sistema de acreditación de conocimientos para los gerentes de las administradoras, los directores y la gente del área comercial, similar al que hoy implementan los intermediarios de valores. También incorporará exigencias de capital y garantías a las AGF, basados en la gestión del riesgo.
La industria de los fondos de inversión siente que puede perder una oportunidad importante. La crisis europea ha dirigido la mirada de los inversionistas hacia los mercados emergentes, pero Chile todavía no tiene una herramienta crucial para atraerlos: el fin del impuesto de 35% que pagan los extranjeros en Chile. Un proyecto del gobierno, la llamada Ley Unica de Fondos, elimina ese tributo para ciertos fondos de inversión, pero su tramitación está hoy detenida en la Cámara de Diputados por otras prioridades legislativas.
A fines de 2011, la industria manejaba US$ 9.062 millones, aportados por AFP (54%), aseguradoras (19%) y otros inversionistas (27%). No hay aportantes extranjeros. Pero si el proyecto prospera, la Asociación Chilena de Administradoras de Fondos de Inversión (Acafi) estima que hacia el 2020 habrá US$ 25 mil millones bajo administración y que el 40% provendrá de aportantes foráneos. Y contribuiría en impuestos asociados a ese segmento unos US$ 25 millones al año. La industria ha expuesto aquello a los parlamentarios. Y pide que la reforma se apruebe antes del Chile Day, que este año se realizará en septiembre, en Londres. “Estamos muy esperanzados de que podamos llegar a ese evento con el proyecto aprobado y poder, junto con el ministro de Hacienda, hacer un lanzamiento de Chile como plataforma financiera”, afirma Fernando Tisné, presidente de Acafi y socio de Moneda Asset.
“La industria en 2011 y en lo que va de este año ha estado bastante dinámica, pero el mercado se ha estado desarrollando particularmente hacia activos menos riesgosos, donde la gente pueda tener cierta salvaguardia en tiempos de extrema volatilidad”, agrega.
¿Los inversionistas se están refugiando más frente a la crisis?
Ciertamente, pero la industria ha estado bastante dinámica y con los administradores buscando alternativas de ahorro para ofrecerle al mercado. En el último año, lo más dinámico han sido los fondos de renta fija y los inmobiliarios.
¿Ese fenómeno se ha ido profundizando en el último año?
La aversión al riesgo en los últimos 12 meses ha crecido, principalmente, por los temores que hay en el mundo desarrollado y que han hecho que globalmente los inversores se hayan movido en sentido de menos riesgo. Hay más aversión al riesgo, porque hay bastante incertidumbre sobre cómo esta crisis va a terminar desenvolviéndose. Los problemas de sobreendeudamiento en Europa, de déficit fiscal, son los mismos problemas que se ven en Japón, EEUU...
¿Qué conclusión saca de la crisis?
Lo que sale de esta crisis y de los temores sobre la economía mundial son dos cosas. Primero, hay una mayor aversión al riesgo. Y segundo, que inversionistas de mercados desarrollados, dados los desafíos que sus economías tienen a futuro, desde 2008 están buscando alternativas de inversión fuera de sus mercados. Hemos visto interés de todo tipo de inversores de mercados desarrollados en diversificarse hacia mercados emergentes.
¿Cómo se expresa esa tendencia en el mercado chileno?
Lamentablemente, en esta industria en Chile la llegada de inversores extranjeros es prácticamente cero, por problemas legales y regulatorios. Distintos administradores chilenos han ido creando plataformas fuera de Chile y se han estado moviendo para instalarse en Luxemburgo, Canadá y otros países para poder captar estos flujos.
Y hemos visto con bastante preocupación algunos fondos que están empezando a evaluar su liquidación aquí en Chile para ir a recrearse a Luxemburgo, de manera de poder captar en esos países a los mismos inversores chilenos que tenían acá, más esta creciente demanda de extranjeros.
¿Por qué los extranjeros no invierten aquí?
El principal problema es la desventaja tributaria. Cualquier inversionista que está parado en Japón, Inglaterra o EEUU y quiere invertir en Latinoamérica, si lo hace a través de un administrador cuyo fondo está incorporado en Luxemburgo, no paga impuestos, pero si viene a Chile, tiene que pagar un 35%. El proyecto elimina el impuesto para los fondos que tengan invertido más del 80% de sus activos fuera de Chile.
¿Qué porcentaje de los fondos que maneja la industria chilena cumple con esa condición?
Hoy día un tercio de los fondos, del orden de US$ 3.000 millones y algo más, cumple con la condición y que podrían captar recursos de extranjeros. Si la ley se aprobara, ese tipo de fondos proliferarían mucho más.
¿El proyecto es clave para el futuro de la industria?
La oportunidad que hay es muy grande. En adelante, los mercados emergentes serán los que van a liderar el crecimiento del mundo en la próxima década y eso, en esta industria en particular, se verá reflejado en que habrá una mayor alocación de recursos desde mercados desarrollados a mercados emergentes.
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