Los mercados y las dudas sobre el rescate explican la rebaja
La espiral está desatada. Las agencias de calificación de riesgos rebajan la nota a Grecia. Eso hace que los inversores exijan a su deuda mayores tipos de interés. Más rentabilidad, en suma, a cambio del dinero comprometido. Consecuencia: el deterioro fiscal derivado de ello provoca que las agencias bajen de nuevo la nota. Y vuelta a empezar. La pescadilla que se muerde la cola, pero avanzando peligrosamente hacia su propia cabeza.
Los supuestos planes de rescate de Grecia han fracasado por su falta de concreción en el intento de detener ese círculo vicioso. Tras el castigo de los mercados de los últimos días, La agencia de calificación Fitch rebajó ayer la calificación de la deuda griega dos escalones, hasta BBB-, a sólo un paso del nivel de lo que se conoce como bonos basura. Y la perspectiva, que sirve como indicador de hacia dónde es más probable que vaya el próximo movimiento, es negativa.
"La rebaja refleja la intensificación de los desafíos fiscales ante unas perspectivas de crecimiento más adversas y unos crecientes costes por intereses. También refleja las incertidumbres en curso sobre la estrategia de financiación del Gobierno en el contexto de una elevada volatilidad de los mercados", explica Fitch en la nota hecha pública.
Sus analistas desconfían de que Grecia pueda cumplir su objetivo de rebajar este año el déficit al 8,7% del producto interior bruto (PIB) y de evitar que la deuda toque techo en el entorno del 120% este año y el próximo. Además, subrayan cómo la incertidumbre sobre la evolución de la deuda está presionando tanto a la banca como a la economía en su conjunto.
Fitch valora los recientes esfuerzos planteados por el Ejecutivo heleno para la reducción del déficit, pero advierte que esos esfuerzos no bastarán por sí solos para recuperar la credibilidad fiscal a corto plazo. "Es vital" señala "que las autoridades griegas importen esa credibilidad de instituciones extranjeras", en referencia a los planes de rescate. La falta de claridad de esos planes, apenas esbozados, está impidiendo a Grecia acceder a los mercados financieros a un precio asequible y, con ello, deteriorando aún más su posición fiscal, opina Fitch, que ve necesario un programa explícito de apoyo del Fondo Monetario Internacional para recuperar la confianza.
Pese a la rebaja de calificación, los mercados, apoyados en las especulaciones sobre un próximo rescate, dieron ayer un leve respiro a Grecia tras el duro castigo propinado en los últimos días. La rentabilidad del bono a 10 años bajó al 7,13%, el diferencial con Alemania se estrechó hasta 3,97 puntos porcentuales y la Bolsa subió el 4,6%.
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