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Guerra de divisas

El grupo de los 20 (G20) declaró que no habrá una "guerra de divisas" y aplazó sus planes de establecer nuevos objetivos de reducción de deuda, en un indicio de la preocupación por el frágil estado de la economía mundial.
Los ministros de Finanzas y banqueros centrales llegaron a un acuerdo sobre un texto más cercano de lo esperado al comunicado conjunto que emitió el martes el Grupo de los Siete países más ricos, respaldando los tipos de cambio determinados por el mercado.
Un borrador del comunicado visto por delegados el viernes se había distanciado de la llamada del G7 a una política económica que no fuera dirigida a los tipos de cambio, pero la versión final incluyó un compromiso del G20 a contenerse de adoptar devaluaciones competitivas y estableció que la política monetaria debe apuntar directamente a la estabilidad de precios y al crecimiento.
El ministro de Finanzas ruso, Anton Siluanov, destacó el consenso al que llegó el G20 de no promover sus economías con la ayuda de la manipulación cambiaria.
"Los cambios en la política cambiaria de un país afectarán a los demás", afirmó.
Siluanov explicó que debería haber competencia entre las economías y no entre las monedas.
Previamente, el ministro canadiense de Finanzas, Jim Flaherty, destacó el endurecimiento del tono de las conversaciones: "Es más fuerte de lo que era, pero anoche quedó bastante claro que todo el mundo en la mesa quiere evitar cualquier clase de disputa cambiaria".
El G20 reúne a mercados desarrollados y emergentes y supone el 90% de la economía mundial.



Japón se salva de crítica
El comunicado acordado en Moscú no señaló a Japón por sus agresivas políticas monetaria y fiscal que han hecho bajar al yen 20%, una tendencia que podría continuar.
"El mercado tomará el comunicado del G20 como una aprobación de lo que éste ha estado haciendo, la venta del yen. No censurar a Japón significa que ellos estarán fuera de las prensas de imprimir dinero", dijo Neil Mellor, estratega cambiario del Bank of New York Mellon en Londres.
El texto refleja un apoyo sustancial, aunque no completo, al comunicado del martes del G7, formado por Estados Unidos, Japón, Reino Unido, Canadá, Francia, Alemania e Italia.

Sin objetivos fiscales
El texto también contiene un compromiso de adoptar una estrategia fiscal creíble a mediano plazo, pero no llega a establecer metas concretas.
El acuerdo de reducción de deuda al que se llegó en Toronto en 2010 expira este año si los líderes mundiales no logran extenderlo en la cumbre de líderes del G20, que se celebrará en septiembre en San Petersburgo.
El comisionado europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, adelantó que espera que los objetivos concretos de deuda sean acordados en la reunión de septiembre.
"Tenemos una visión común sobre la necesidad de tener un plan creíble a mediano plazo para la consolidación fiscal, que también es esencial, por lo que tenemos bases para un crecimiento sostenible", declaró.
Estados Unidos dice que está en camino de cumplir su promesa de Toronto, pero sostiene que el ritmo de consolidación fiscal futura no debe afectar la demanda.
Alemania y otros países presionan para una nueva ronda de reducción de los objetivos de endeudamiento.
"Las economías avanzadas desarrollarán estrategias fiscales creíbles a medio plazo (...) para la cumbre de San Petersburgo", indicó el comunicado.
El respaldo en el comunicado al uso de la política monetaria interna para apoyar la recuperación económica refleja el compromiso de la Reserva Federal de Estados Unidos a adoptar estímulos monetarios a través de la flexibilización cuantitativa (o "QE" en inglés) para promover la recuperación y el empleo.
El QE implica compra de bonos del Gobierno a gran escala (85,000 millones de dólares al mes en el caso de la Reserva Federal) que ayuda al crecimiento económico, pero crea dinero, gran parte del cual se ha filtrado en los mercados emergentes, amenazando con desestabilizarlos.
Esto fue compensado en el comunicado con el compromiso de minimizar los efectos secundarios "negativos" de los flujos financieros resultantes que los mercados emergentes temen puedan llevar a burbujas de activos y arruinar la competitividad de sus exportaciones.
"Las grandes naciones desarrolladas (deben) prestar atención a los efectos colaterales de su política monetaria", dijo el viceministro de Finanzas chino Zhu Guangyao, citado por la agencia estatal de noticias Xinhua.
Rusia, el anfitrión, dijo que el grupo no logró alcanzar un acuerdo sobre los niveles de déficit presupuestario a mediano plazo.
También expresó preocupación sobre las políticas especialmente relajadas que su país y otras grandes economías emergentes dicen podrían llevar a problemas más adelante.
El ministro ruso Siluanov dijo que un reequilibrio del crecimiento global requiere de más que un ajuste de los tipos de cambio.
"Las reformas estructurales en todos los países, ya sea con un equilibrio positivo o negativo de pagos, deben jugar un papel mayor", dijo.
Añadió que deben vigilarse de cerca los efectos colaterales de la política monetaria no convencional ejercida por los bancos centrales de algunos países.
El G20 ofreció un contundente freno financiero para detener un colapso del mercado en 2009, pero desde entonces no ha mostrado tanta unidad.
Alemania ha presionado a Estados Unidos y a otros países en sucesivas reuniones para que hagan más por encarar sus deudas. En cambio, Washington ha instado a Berlín a hacer más por aumentar la demanda.
Sobre el tema cambiario, el texto del G20 reiteró su compromiso del pasado noviembre de avanzar "más rápidamente hacia sistemas cambiarios determinados por el mercado y hacia una flexibilidad del tipo de cambio que refleje los fundamentos subyacentes y evite los desajustes persistentes de los tipos de cambio".
Los movimientos cambiarios desordenados y la excesiva volatilidad en los flujos monetarios podrían afectar a la estabilidad económica y financiera.


¿Cómo se desarrollará la guerra de divisas?
Desde hace tiempo se viene hablando sobre “la guerra de divisas”. Este término fue acuñado por el ministro de finanzas brasileño Guido Mantega hace ya más de dos años en el momento en el que China devaluaba su divisa, el yuan, y EE.UU. estaba a punto de inyectar 600.000 millones de dólares a la economía.
Esta guerra  tiene como finalidad el crecimiento vía exportaciones, ya que una divisa devaluada permite aumentar las exportaciones, aunque encarecerá las importaciones. Esta estrategia de crecimiento es la que impulsó a China a devaluar su divisa, pero también está siendo utilizada por países más desarrollados. Entonces, si los Bancos Centrales toman medidas para depreciar su divisa (Como es el caso de Japón y EE.UU.) y exportar, ¿quién importara?
En los últimos días están creciendo las expectativas sobre nuevas políticas monetarias expansionistas por el Banco de Inglaterra, que junto con la situación económica por la que atraviesa su economía probablemente lleve a la libra esterlina a depreciarse ¿Se acerca la paridad del euro-libra?. Por su parte, el franco suizo se ha despegado de la paridad que mantenía con euro en el 1.20 y en los últimos días el Eur/Chf ha registrado una cotización cercana al 1.25.

¿Seguirá con fuerza la depreciación del Yen?
La semana pasada el BoJ (Banco de Japón) hizo oficial la intención de seguir con su política de compra de activos con la que espera que la inflación se situé en el 2%.

La institución informó:
"Bajo el objetivo de inflación especificado, el BoJ buscará relajar su política monetaria y alcanzar esta meta de estabilidad de precios lo más pronto posible". "Llevará un tiempo considerable antes de que los efectos de la política monetaria se trasladen a la economía".
Además, también se afirma que esta política monetaria tan agresiva persistirá durante tanto tiempo como sea necesario, por el momento hasta 2014 como mínimo, cuando el BoJ llevara a cabo la compra de activos mensual por 13 billones de yenes. Con ello, probablemente la depreciación del Yen en el mercado forex persista durante el año, aunque con posibles correcciones. Además se espera que las medidas de la Fed de expansión monetaria se retiren antes de las del BoJ lo que podría hacer depreciar al Yen todavía más.

¿Qué ocurrirá con el dólar?
En este contexto, ¿qué dirección tendrá el dólar? El dólar es activo refugio  y por tanto, ante malas expectativas de crecimiento de la economía mundial el dólar se apreciara, y ante los crecientes rumores y publicaciones por parte de los Bancos centrales de llevar a cabo políticas monetarias expansionistas para impulsar sus economías es posible que el dólar se aprecie.
Además, y a pesar del impacto que pueda tener los efectos de las soluciones sobre el abismo fiscal, la recuperación de EE.UU. se está haciendo más visible que el de la UE por mucho que Draghi afirmara que a finales de año la UE saldrá de la recesión (lo que impulso fuertemente al Eur/Usd) ya que se espera que sea en un plazo mayor cuando efectivamente la UE salga de esta situación.

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