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Inversión de crecimiento

Consiste en invertir en las llamadas “empresas de crecimiento”. Se llaman así porque sus beneficios crecen, o se espera que crezcan, a una tasa muy superior a la del conjunto del mercado. Un ejemplo típico serían las empresas de restauración (McDonalds en Estados Unidos, Telepizza en España, etc.) en sus primeras fases de expansión. Supongamos 2 empresas, A y B. Ambas tienen un beneficio por acción de 1$. La empresa A es una empresa sólida de un sector maduro. Su riesgo es muy bajo y sus beneficios crecen a una media del 10% anual. La empresa B es una empresa de crecimiento, de alto riesgo y cuyos beneficios crecen a una media del 25% anual. El primer año la empresa A cotiza con un PER de 15 y la empresa B cotiza con un PER de 25, ya que se espera que sus beneficios crezcan a un ritmo superior en el futuro. En los siguientes 10 años ambas mantienen sus crecimientos del 10% y el 25% y en el mercado siguen cotizando con la mismas tasas de PER (15 y 25). Al cabo de esos 10 años la empresa A tendrá un beneficio por acción de 2,59 $ (1 * 1,10^10) y la empresa B tendrá un beneficio por acción de 9,31 $ (1 * 1,25^10).

El primer año, y atendiendo únicamente al PER, la empresa de crecimiento B aparentemente estaba mucho más cara que la acción A. Pero al cabo de 10 años, y debido a la impresionante marcha de sus beneficios, lo que parecía caro en un principio resultó ser “un chollo”. La acción A ha tenido un buen comportamiento, pero la B la ha superado por un amplísimo margen. Incluso aunque al cabo de 10 años la empresa B estuviese llegando a su madurez y a partir de ese momento se descontase un crecimiento similar a la empresa A, y por tanto se pagase por ella el mismo PER, 15 en este caso, su cotización sería 139,65$ (15 x 9,31).
La dificultad de este estilo de inversión está en las probabilidades de que la empresa mantenga su ritmo de crecimiento de beneficios. La empresa A (piénsese en un banco comercial, una eléctrica, una concesionaria de autopistas, etc.) tiene muchas probabilidades de responder a las expectativas. Podría crecer al 10%, al 12% o al 6% pero las posibilidades de ganar dinero son muy altas, aunque a priori sea imposible determinar si la próxima década va a ser muy buena (12% de crecimiento) o simplemente aceptable (6%). Sin embargo las probabilidades de que una empresa de crecimiento cumpla con lo previsto son mucho más bajas. Mientras algunas lo consiguen (e incluso superan lo previsto) otras se encuentran con que al cabo de unos años no sólo no han crecido al ritmo previsto sino que su beneficio por acción ha bajado, por ejemplo de 1$ a 0,50$. En ese caso lo más probable es que el mercado deje de considerarlas empresas de crecimiento y pasen a ser empresas en dificultades, por lo que si en el mercado sus acciones se pagaran a un PER de 8, por ejemplo, su cotización sería de 4$ (8 x 0,50). En este caso el descalabro es enorme, al pasar de 25$ a 4$. En casos extremos, aunque ni mucho menos imposibles, la empresa puede quebrar y desaparecer.
Por tanto es imprescindible tener un gran conocimiento de las empresas y los sectores en los que se invierte. Igualmente hay que realizar un seguimiento mucho más cercano y exhaustivo de lo habitual de los resultados que vayan publicando las empresas trimestre a trimestre, con la idea de salirse lo antes posible cuando la empresa empiece a dejar de cumplir con lo que se esperaba de ella. En cualquier caso, y por muy bueno que sea el inversor, hay que estar preparado para vender algunos de los valores que se tengan en cartera aceptando perder una parte de la inversión inicial. Esto no es fácil de aceptar psicológicamente, pero es prácticamente imposible acertar el 100% de las ocasiones.
En caso de tener éxito con este estilo de inversión la revalorización del capital será muy superior a la estrategia de comprar y mantener valores sólidos, por ejemplo. Aquí el dividendo tiene muy poca o ninguna importancia, ya que habitualmente estas empresas no reparten dividendo, debido a que invierten todos sus beneficios en el futuro crecimiento de la empresa. Por eso este estilo de inversión no es válido para aquél que desee obtener una renta de forma regular.
Uno de los máximos exponentes de esta estrategia es Peter Lynch.

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