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El colapso de Lehman Brothers, 5 años después

En seis días se cumplen cinco años desde que los mercados financieros a nivel mundial se paralizaron. Durante el segundo fin de semana de septiembre de 2008, las autoridades políticas, los banqueros centrales y los máximos ejecutivos del sector financiero de Estados Unidos y el Reino Unido intentaron evitar la caída de Lehman Brothers, entonces el cuarto mayor banco de inversión estadounidense. Luego de 48 horas de numerosas reuniones a puertas cerradas, los involucrados no lograron llegar a un acuerdo y el lunes 15 de septiembre se anunció el colapso de la institución.
Esa fecha no sólo será recordada como el día en que se produjo la mayor bancarrota corporativa en la historia, sino también como el inicio de la crisis de liquidez que más tarde se extendería a otras regiones, particularmente la zona euro. 
Muchas cosas han cambiado en este lustro. Los excesos que provocaron el hundimiento del PIB de Estados Unidos han logrado ser manejados. “El apalancamiento se ha reducido significativamente, la sobre construcción ha sido resuelta y el sistema financiero es más sólido, ya que los bancos han levantado un montón de capital”, comentó a DF Mark Zandi, economista jefe de Moody’s Analytics.
Los cambios regulatorios que se han aplicado en este período, como los test de estrés sobre los bancos para asegurarse de que tienen suficiente capital para soportar escenarios económicos desfavorables, han sido un elemento clave para que el sistema funcione de mejor manera.

Signos de avance

En los últimos meses, EEUU ha mostrado señales de una sólida recuperación en casi todos los sectores de la economía. Entre julio de 2008 y marzo de 2009, las ventas minoristas se contrajeron en ocho ocasiones. En los doce meses a julio, las compras aumentaron casi todos los meses con la excepción de marzo.
En el sector inmobiliario –que estuvo al centro de la crisis que precedió a la ruina financiera–, las construcciones iniciales han subido más de 87% desde su mínimo de 478 mil unidades en abril de 2009.
Los valores de las viviendas también han rebotado. El índice de precio de propiedades S&P/Case-Shiller se elevó 12,2% en mayo, la mayor ganancia anual desde marzo de 2006, antes de que estallara la burbuja inmobiliaria. En plena recesión en enero de 2009, el indicador cayó más de 19%.
La industria automotriz también ha anotado un fuerte repunte. La venta de vehículos fue superior a 16 millones de unidades en agosto, con lo que este año se perfila como el mejor desde 2007.
Por el lado de la producción también ha habido buenas noticias. Tras alcanzar su mínimo en diciembre de 2008, la actividad manufacturera se ha incrementado de forma estable, con su máximo en junio de 2011. En tanto, las industrias de servicios lograron en agosto su mayor nivel desde diciembre de 2005, informó la semana pasada el Instituto para la Gestión del Abastecimiento.


A mitad de camino

A pesar de todos estos progresos, la recuperación de la primera economía del mundo todavía está lejos de completarse. Zandi reconoció que el repunte ha sido “decepcionantemente débil” y que “todavía no hemos despegado realmente”.
Esto se ve reflejado en la tasa de desempleo. Si bien ha descendido considerablemente desde el máximo de 10% registrado en octubre de 2009 –el mes pasado se ubicó en 7,3%–, aún es alta. “En una buena economía debería ser más cercana a 5%”, detalló el experto.

En ese sentido, el economista cree que “estamos en el medio tiempo de un partido de fútbol” y que la economía andará a toda marcha en tres años. “Mi suposición es que en las próximas elecciones presidenciales en noviembre de 2016 estaremos cerca del pleno empleo”, declaró.

Según Zandi, el país ganará tracción cuando las compañías decidan volverse más agresivas a través de mayor contratación, mayor inversión y mayor toma de riesgos.

Sin embargo, las mejoras que muestre el sector privado no servirán de mucho si es que no se resuelven los problemas fiscales en Washington. A corto plazo, la Casa Blanca y el Congreso deben solucionar el financiamiento gubernamental y el techo de la deuda y, a largo plazo, es esencial que logren un presupuesto sostenible.
Otro factor que incidirá en la fortaleza de la transición es la habilidad de la Reserva Federal para salir exitosamente de su programa de alivio monetario y de su política de tasas de interés en sus mínimos históricos.

Puntos no resueltos

Es cierto que Estados Unidos, y probablemente el resto del mundo, está mejor preparado para enfrentar shocks en el futuro, pero aún quedan tareas pendientes.
Mohamed El-Erian, director ejecutivo de PIMCO –el mayor fondo de inversiones en bonos del mundo–, advirtió hace algunos días en una columna sobre cuatro temas que no se han abordado adecuadamente.
El primero es la continua dificultad que tienen las economías occidentales para generar un crecimiento robusto y una creación suficiente de empleos. Según El-Erian, sólo unos pocos países han superado los tres males que la crisis expuso: demanda agregada inadecuada y desequilibrada, resiliencia estructural insuficiente y deuda persistente.
El segundo asunto es el gran desequilibrio entre la hiperactividad mostrada por los bancos centrales y la pasividad de otras autoridades. “Las economías occidentales siguen dependiendo abrumadoramente de los bancos centrales para evitar un desempeño económico incluso peor”, escribió.
El tercer punto se relaciona con los mercados emergentes. En estos cinco años, estos países se convirtieron en el motor de la economía global, pero en el proceso cayeron en una combinación de políticas desequilibradas que amenazan su expansión y estabilidad financiera.
La última materia es el fracaso de moldear a los principales contribuyentes de la crisis en una manera creíble, sustentable y socialmente responsable. El-Erian opina que las autoridades no han hecho lo suficiente para modificar los incentivos estructurales que animan a tomar riesgos excesivos.

Comentarios

  1. Carhuavilca Torres, Randy3 de noviembre de 2013, 19:41

    Si desaparecen esos, ya hay otros ocupando su lugar, el mundo de la especulación es un mundo voraz que se come todo lo que se le pone por delante, son capaces de hundir lo que sea para que cambie la tendencia de la bolsa a aunque sea por unas horas y sacar cualquier mentira para que la bolsa se dé la vuelta, porque en todo cambio de tendencia, siempre hay una especulacion inflándose a ganar dinero, la bolsa es un juego de listos y tontos, de ricos y pobres y de hoy subo y mañana me arruino.

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