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La economía de Venezuela, por Hugo Chávez

El socialismo fue el modelo que impuso Hugo Chávez para conducir la economía venezolana, lo que dejó como saldo una población que ha padecido altas tasas de inflación, deterioro del poder adquisitivo, la petrolización de las finanzas públicas y uno de los más altos desempleos de América Latina.
Chávez hizo de las nacionalizaciones una marca registrada de su gestión. Desde que asumió el poder en 1999, ordenó la adquisición forzosa de grandes empresas petroleras, eléctricas, siderúrgicas, bancos y telefónicas, así como de pequeñas industrias productoras de envases, sanitarios y tuberías.
La ola de expropiaciones dejó una estela de más de 20 arbitrajes internacionales por montos multimillonarios, de acuerdo con la agencia Reuters.
El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, falleció este martes a las 16:25 horas (local) a los 58 años tras dos años de padecer cáncer, anunció el vicepresidente del país, Nicolás Maduro, entre lágrimas y en un mensaje transmitido a la nación.
Con un Producto Interno Bruto (PIB) que creció 5.6% en 2012, de acuerdo con datos del Banco Central de Venezuela, el país mantuvo la senda de expansión por 22 trimestres consecutivos, sólo interrumpido en 2009 y 2010 por la crisis mundial.
La expansión de la economía venezolana, con una población de 30 millones 390,000 personas, hizo que el PIB per cápita (que es la relación que hay entre el PIB y la cantidad de habitantes del país) fuera de 10,731 dólares en 2011, pero una medida más clara de la distribución de la riqueza, el coeficiente de Gini, muestra la dispar distribución del ingreso en esa nación.

Datos de la CEPAL muestran que en 2011 el Coeficiente de Gini fue de 0.40, una cifra elevada de acuerdo con el estándar internacional. Este coeficiente mide la desigualdad en los ingresos y es un  número que va entre 0 y 1, donde 0 corresponde a la perfecta igualdad (todos tienen los mismos ingresos) y 1 a la máxima desigualdad.
La tasa de desocupación en Venezuela alcanzó 8% en 2012, de acuerdo con cifras del Banco Central de Venezuela, mientras que el empleo informal se ubicó en 41.7% de la ocupación, entre enero y noviembre del año pasado. En 1999 era de 53.1%.
En octubre de 2012, la calificadora de valores Fitch advirtió que tras la reelección de Chávez, el Gobierno venezolano enfrentaba el desafío de ajustar su política cambiaria y continuaba latente una considerable incertidumbre sobre su habilidad para mantener a raya el déficit fiscal mientras sostiene el crecimiento económico y combate la inflación.
También advirtió que sin ajustes en el manejo de la política económica, el nivel de endeudamiento del Gobierno se incrementaría.
Inflación galopante, devaluación de la moneda
El 8 de febrero pasado, el gobierno de Venezuela devaluó su moneda en 32%, y fijó una nueva cotización para el tipo de cambio oficial de 6.3 bolívares por dólar, desde los 4.3 bolívares por dólar vigentes desde 2011.
La medida anunciada ese viernes por las autoridades financieras del país sudamericano favorecerán las finanzas de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), pero presionaría la inflación que en 2012 estuvo entre las mayores del continente al llegar a 20.1%. 
El agosto pasado, al confirmar las calificaciones de largo y corto plazos en B+ y B de la deuda de Venezuela, Standard and Poor´s destacó el aumento del gobierno de Chávez de las transferencias de efectivo y subsidios a la canasta básica, en un intento por restaurar parte del poder de compra que los segmentos pobres perdieron debido a la elevada inflación.
Por ello, S&P estimó un déficit del Gobierno general de aproximadamente 3.8% del PIB en 2012 y 2013, ligeramente más bajo que el 4% de 2011. En este contexto, estimó que la deuda neta del gobierno general aumente a 19% y 22% del PIB en 2012 y 2013, respectivamente (usando el tipo de cambio oficial), aún por debajo de la mediana para los soberanos con calificación 'B' de 36% en 2012 y 38% en 2013.
Petróleo, el soporte de Chávez
Durante sus 14 años en el poder, Chávez transformó la manera de hacer negocios petroleros. La promulgación de una ley de hidrocarburos en el 2001 obligó a todas las transaccionales interesadas en explotar crudo en el país a participar en calidad de socias minoritarias de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA).
El cambio derivó en expropiaciones y arbitrajes, pero también en el crecimiento exponencial de la recaudación petrolera por parte del Gobierno, en medio del alza de los precios del crudo. Además representó una mayor transferencia de recursos de PDVSA para financiar decenas de programas sociales para la mayoría menos favorecida del país.
Chávez deja una serie de subsidios que representan una pesada carga fiscal para el Estado, pero que contribuyeron a su alto nivel de popularidad, destaca Reuters.
Venezuela tiene la gasolina más barata del mundo. Cálculos de la propia PDVSA indican que cada año la estatal deja de percibir unos 11.000 millones de dólares por el subsidio a los combustibles en el mercado interno.
Además, el Gobierno importa alimentos, autos y electrodomésticos que son vendidos por debajo de su precio a través de sus redes propias de distribución.
Mecanismos de inversión como el Fonden (Fondo Nacional de Desarrollo) o el Fondo bilateral Venezuela-China, alimentados con ingresos petroleros, rara vez rinden cuentas, reporta Reuters.
La agencia menciona que la oposición denuncia que la disposición de estos fondos, así como las ganancias de PDVSA, que aporta el 90 por ciento de los dólares que circulan en la economía, es opaca y discrecional.
Tanto Venezuela como PDVSA aumentaron su ritmo de endeudamiento con Chávez a la cabeza. En 2011 se anotó un récord en la región con la emisión de casi 18.000 millones de dólares, entre la petrolera y el Estado.
Analistas han advertido sobre la estrechez de la curva de los vencimientos de la deuda local, pero también destacan el buen historial de pago del país.
Durante la enfermedad de Chávez, la deuda venezolana experimentó alzas sustanciales, por las expectativas del mercado a un cambio de Gobierno y una posible transición hacia una administración más amigable con el mercado.
En  el escenario base que S&P planteó el año pasado, y que ya incluía la reelección de Chávez y la continuación de las políticas económicas implementadas en los últimos años, destacaba que aunque el déficit del sector público esperado de Venezuela representa un alto 8.6% del PIB para el cierre de 2012, la deuda del gobierno general se mantiene en un moderado 25% del PIB, de acuerdo con nuestras estimaciones.
En ese entonces, la calificadora mencionó que "los indicadores fiscales y externos de Venezuela se verían afectados si se produce una transición desordenada a causa de que el presidente Chávez dejara su cargo como resultado de problemas de salud, o una significativa disminución del precio del petróleo durante un período prolongado sin políticas compensatorias, esto podría llevarnos a revisar la perspectiva o a bajar las calificaciones.
"Podríamos considerar subir las calificaciones soberanas si el gobierno fuera capaz de reducir la inflación de los precios y de adoptar políticas que presenten un mejor respaldo a la inversión y al crecimiento".

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