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El dólar turista en Argentina

El Gobierno Argentino dio su primer paso en contra del uso de las tarjetas de crédito para compras en el exterior.
La Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) anunció este jueves que, a partir de septiembre, todos los gastos que los argentinos realicen fuera del país con este medio de pago tendrán un 15% de costo extra.
De este modo, el Ejecutivo le asestó el primer golpe al "deporte nacional" por excelencia de este último tiempo: cruzar la frontera y tarjetear, alentado por el atraso cambiario que hace que resulte cada vez más atractivo veranear en otros destinos o salir de shopping.
Oficialmente, no se trata de la creación de un nuevo impuesto sino de un adelanto o pago a cuenta del Impuesto a las Ganancias y Bienes Personales.
Sin embargo, fue el propio titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, quien admitió cuál era el objetivo último de esta medida: "Desincentivar el consumo en el exterior. No le quepa la menor duda. Preferimos que se queden todos a veranear en la Argentina".
Ocurre que el uso del dinero plástico era el último subterfugio para quienes querían hacerse de manera indirecta de dólares sin recurrir al mercado paralelo. Sucede que, como está permitido saldar el resumen de gastos en divisa extranjera utilizando pesos -y los bancos deben realizar la conversión al tipo de cambio oficial-, este tipo de operaciones resultaba un buen negocio.
Y el atractivo fue aumentando conforme las restricciones cambiarias, en el mercado local, se hicieron más intensas. En efecto: a medida que los controles por parte de la AFIP se fueron multiplicando, el ritmo de compras con tarjetas en otros destinos creció a un ritmo vertiginoso.
Las medidas que contribuyeron a alimentar el fenómeno de "tarjetear en dólares y pagar en moneda local al tipo de cambio oficial" fueron de lo más variadas:
• La primera fue la instauración del "cepo" a fines del año pasado.
• Luego, tuvo otro impulso cuando se prohibió el retiro de dólares en los cajeros automáticos del exterior apalancados con cuentas en pesos en bancos locales. 
• Más tarde, se limitó todavía más la entrega de dólares físicos a los turistas, de manera que el promedio de u$s120 por día y por persona bajó a un nivel de 80 dólares.
• A esa medida le siguió la conversión a moneda local para quienes viajen a los países limítrofes. Y además, una reducción en el tiempo de entrega de los billetes, que recién puede concretarse unos días antes del viaje.
Con esta seguidilla, no era de extrañar que los argentinos intensificaran como nunca el uso de tarjetas de crédito fuera del país, dado que a estas medidas se sumó el creciente temor de que el Gobierno finalmente avanzara sobre los plásticos.
Así las cosas, el saldo por compras fuera del país en agosto quebró la barrera de los u$s400 millones, marcando así un récord histórico desde la salida de la convertibilidad.
El nivel actual implicó un salto de nada menos que del 125% respecto a agosto de 2011 

¿La primera de nuevas medidas? 
En este contexto, el Ejecutivo dio la primera señal de que el camino a seguir iba a ser el de atacar la "grieta" generada por las tarjetas de crédito cuando el Banco Central (BCRA), recientemente, dio el visto bueno para que los bancos privados pesifiquen los saldos dolarizados por compras en el exterior.
Esto pasó a generarle un mayor costo financiero a sus titulares, dado que la tasa de los saldos en pesos (es decir, lo que no se cancela y se posterga para el mes siguiente) resulta ser 10 puntos mayor a la del monto impago en dólares.
Sin embargo, tal como quedó demostrado, el Gobierno ahora fue más allá, dando su primer golpe concreto en contra del uso de las tarjetas fronteras afuera, el cual, según fuertes rumores en el mercado financiero, no será el último.
Por el contrario, fuentes del sector no descartaron un futuro avance en dos posibles frentes que castigaría aun más a los argentinos que decidan salir del país con sus plásticos en mano:
• En primer lugar, ya se habla de limitar lisa y llanamente los niveles de gastos a través de topes en el consumo con tarjetas, si bien funcionarios del Gobierno intentaron calmar las aguas asegurando que, por el momento, no estaba en estudio esta medida.
• Por otro lado, crece el rumor de que se impondrá la obligación de tener una cuenta en dólares a todos aquellos argentinos que quieran realizar alguna compra en el extranjero -mediante este instrumento-, con el objetivo de que compensen esas divisas, dado que todos esos gastos juegan contra las arcas del BCRA. 
En efecto, el problema para el Gobierno es que todo el consumo realizado fronteras afuera representa una "fuga de capitales", ya que los bancos luego deben adquirir esos dólares para girarlos al exterior contra una cuenta que cada uno tiene en el BCRA que, a su vez, tiene esos montos contabilizados como reservas.
Estas dos posibles medidas que se están barajando, de aplicarse, derivarían en que, aquellos que tengan pensado cruzar la frontera, deban sacar los dólares de abajo del colchón o, caso contrario, tener que recurrir al circuito paralelo.
En buen romance, las últimas iniciativas adoptadas por la administración kirchnerista, representan un claro desaliento a vacacionar fuera del país, tal como reconociera el propio Echegaray. 
A esto se suma la incertidumbre que genera el escaso tiempo entre el pedido formal de dólares a la AFIP y el día previsto para el viaje.
Al respecto, el propio Echegaray señaló que el el organismo oficializará en los próximos días que quienes necesiten hacerse de estos fondos sólo podrán hacerlo cuando tramiten su adquisición en un plazo no superior a los siete días previos a su partida.
El funcionario sostuvo que la idea de estandarizar un plazo intenta "ordenar la demanda" y evitar que se declaren "viajes que luego no se realizan, como ya se vio".
En este contexto, el economista Tomás Bulat aseguró que "antes de diciembre, que es cuando más se utilizan las tarjetas, sin dudas se vendrán nuevas medidas que impondrán límites al uso de tarjetas fuera del país. Este es sólo el comienzo".
En la misma línea, Pablo Rojo, ex presidente del Banco Hipotecario, destacó que "este es un camino de ida para el Gobierno. Así como sucedió en otros frentes, van a tener que estar constantemente tapando agujeros, producto del enorme atraso cambiario".

Un turismo "celeste"
La nueva disposición de la AFIP no impedirá que los argentinos sigan haciendo compras en el exterior, aunque sí tendrá el efecto de "encarecerlas". Es que, al cargar un 15% sobre el saldo pesificado, ya no podrá considerarse que los turistas acceden al tipo de cambio oficial "subsidiado" al momento de cancelar sus deudas.
De hecho, la situación será equivalente a la de comprar con un dólar de $5,34, si bien sigue siendo un 17% más barato que "blue".
Es decir, cada vez que utilicen su tarjeta de crédito, los turistas pagarán un "dólar celeste" que se ubicará a mitad de camino entre el oficial y el paralelo.
La situación está en línea con la expectativa que tenían varios analistas, en el sentido de que, así como existe en los hechos un desdoblamiento cambiario que establece un "dólar financiero" (los $6,49 del "conta con liqui"), también habrá una cotización específica para el "dólar turista".
A poco de conocida la noticia, el diputado Alfonso Prat Gay, ex presidente del Banco Central, no dudó en afirmar que con esto el Gobierno "anunció el retorno del dólar turista, como en los ‘80".

¿Retención o impuesto?
Las autoridades de la AFIP sostienen que, como este nuevo cargo del 15% luego es deducible de impuestos o reembolsable, no es correcto hablar de un encarecimiento real del turismo.
Sin embargo, en el mejor de los casos, los viajantes tendrán que afrontar el costo de la inflación. Es decir, los pesos que les sean devueltos valdrán menos que en el momento en que fueron gastados, ya que la liquidación de Ganancias y Bienes Personales se practicará recién a mediados del año próximo. Y en un país donde la suba de precios se ubica en un promedio anual del orden del 25%, esta pérdida no es nada despreciable.
Queda en una "zona gris" lo que ocurrirá con aquellos que actualmente no tributan el impuesto a las Ganancias (es decir, el 81% de los trabajadores registrados, según sostuvo la propia presidenta Cristina Kirchner).
Fuentes de la AFIP aseguraron que, en esos casos, habrá un reembolso del 15% recargado en el resumen.
Pero la situación sigue siendo algo confusa y nadie sabe con exactitud cuál será el lapso en el cual este monto se reembolse.
Lo cierto es que en el mismo momento en que se conoció la nueva disposición de la AFIP se gstó una nueva polémica: ¿por qué para controlar a un universo de 168.000 usuarios de tarjetas (menos del 0,1% del total del país) se adopta una medida que afecta a millones de turistas?
Un empresario que integra la Asociación Argentina de Agencias de Viajes no duda al respecto: "Lo que se quiere hacer es encarecer el costo de hacer turismo afuera, e indirectamente hacer que la gente vacacione en el país".
Y agrega que en los próximos días la preocupación central de esta actividad será obtener los detalles sobre la operatoria, a fin de aclarar las zonas grises.
Para los expertos tributarios, es claro que la AFIP deberá especificar algún mecanismo de reembolso para todos los que no tributen el impuesto a las Ganancias.
Al respecto, Iván Sasovsky, director del estudio contable que lleva su nombre, recuerda que la AFIP no tiene potestad para crear nuevos impuestos, algo que únicamente está en la órbita del Congreso. Y que solamente puede implementar medidas tendientes a mejorar la recaudación de tributos ya existentes.
En consecuencia, si les cobra el recargo a quienes no son contribuyentes -o a quienes adhieran al régimen de monotributo-, les daría a estas personas herramientas para reclamar la devolución de los montos que pudiera retener el fisco (lea más: El "Gran Hermano" oficial: aquí o afuera, sea mucho o poco, todo gasto con tarjeta tendrá el ojo de la AFIP encima).
Asimismo, el experto señaló que "la norma debería incluir algunas cuestiones como qué sucederá con los saldos a favor que se generen en aquellos que en la actualidad sí están pagando Ganancias y Bienes Personales".
Demasiadas dudas y una certeza: el Gobierno está procurando que para los argentinos sea cada vez más difícil salir al exterior para disfrutar de las playas de Brasil, del mar del Caribe o de los shoppings de Miami.
En definitiva, busca que las "vacaciones para todos y todas", de cara al 2013, tengan sello nacional.

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