El PIB de China tendrá un crecimiento de 6,8% para este 2015, y moderará su expansión en los dos próximos años al 6,3% en 2016 y el 6% en 2017, según la agencia Fitch, que ha confirmado el rating 'A+' del gigante asiático con perspectiva estable.
El crecimiento de China sigue siendo una fortaleza del rating, la gran parte de la desaceleración china a la caída de la inversión en el sector inmobiliario tras el 'boom' registrado entre 2010 y 2014.
En este sentido, la corrección del 'ladrillo chino' como un riesgo a la baja para las perspectivas de China, aunque destaca que hasta ahora se ha producido de manera gradual.
No obstante, hay riesgo de que se produzca un resultado "más desordenado" que implica una mayor desaceleración del crecimiento y la cristalización de pérdidas en el sistema financiero.
"El crecimiento económico de China en los últimos 20 años ha resultado transformador a nivel doméstico y global, pero ha ido acompañado por la acumulación de desequilibrios y vulnerabilidades que suponen riesgos para la estabilidad financiera y la base económica del país", añade Fitch.
No obstante, China cuenta con los recursos financieros y administrativos para afrontar estos retos de forma gradual y de manera ordenada.
En este sentido, las reservas chinas alcanzaron 3,52 billones de dólares a finales de octubre, un 11% menos que el máximo alcanzado en agosto de 2011, aunque todavía las mayores a nivel mundial "con diferencia".
Asimismo, la deuda pública de China finalizará 2015 en el 53% del PIB, frente al 49% del año anterior, con un endeudamiento del 14,6% en el caso del Gobierno chino.
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