En economía, la unión monetaria es la situación en la cual un grupo de países acuerdan hacer transacciones con una moneda. Se diferencia de una unión económica en que la primera no necesariamente debe tener una sola moneda.
La tendencia mundial de monedas comunes entre naciones se dará con mayor probabilidad entre los países que mantienen relaciones comerciales “estrechas”.
El aumento del comercio puede ser al mismo tiempo causa y efecto de las uniones monetarias. Incluso “el hecho de poseer una moneda común multiplica el volumen del comercio en dos o tres veces”.
“Eso es mucho”, reviró Andrew K. Rose en su más reciente publicación One Money, One Market: Estimating the effect of Common Currency on Trade.
Alberto Alesia
El tema de las uniones monetarias es difícil de abordar, y señaló que Rose neutraliza los efectos de casi todos los factores que, según los estudios, inciden en el volumen de comercio entre países.
Tal es el caso de su tamaño o ingreso relativo, la distancia entre ellos o el hecho de que compartan una frontera o un idioma, o que tengan un acuerdo regional de comercio.
Observa también una relación entre el hecho de tener una moneda común y el aumento del volumen de comercio, incluso después de descontar los efectos de los demás factores. “Si bien creo que existe una correlación entre las uniones monetarias y los flujos comerciales, diría que la casualidad es mucho más difícil de establecer”.
Robert Barro
Indica que “los datos, si bien aún son objeto de controversia, señalan que el efecto de una unión monetaria para incrementar el volumen del comercio puede ser mucho mayor que el de un régimen de tipo de cambio fijo”.
Los dos catedráticos de Harvard dijeron que un número cada vez mayor de países está optando por sacrificar su independencia monetaria e ingresar a uniones monetarias, crear cajas de conversión o dolarizarse.
Alesia aceptó que todavía no existe seguridad de que las uniones monetarias sean una tendencia, pero de ser así no significaría ningún problema. “Lo que tenemos es un puñado de casos como la zona del franco en Africa, el uso del dólar de Estados Unidos –Panamá y Ecuador– y los países de la Unión Europea que utilizan el euro”.
Explicaron que existen casos destacados como el de Hong Kong, en el que la moneda local está atada al dólar estadounidense, mediante una caja de conversión aunque sigan usando sus propias monedas.
La tendencia mundial de monedas comunes entre naciones se dará con mayor probabilidad entre los países que mantienen relaciones comerciales “estrechas”.
El aumento del comercio puede ser al mismo tiempo causa y efecto de las uniones monetarias. Incluso “el hecho de poseer una moneda común multiplica el volumen del comercio en dos o tres veces”.
“Eso es mucho”, reviró Andrew K. Rose en su más reciente publicación One Money, One Market: Estimating the effect of Common Currency on Trade.
Alberto Alesia
El tema de las uniones monetarias es difícil de abordar, y señaló que Rose neutraliza los efectos de casi todos los factores que, según los estudios, inciden en el volumen de comercio entre países.
Tal es el caso de su tamaño o ingreso relativo, la distancia entre ellos o el hecho de que compartan una frontera o un idioma, o que tengan un acuerdo regional de comercio.
Observa también una relación entre el hecho de tener una moneda común y el aumento del volumen de comercio, incluso después de descontar los efectos de los demás factores. “Si bien creo que existe una correlación entre las uniones monetarias y los flujos comerciales, diría que la casualidad es mucho más difícil de establecer”.
Robert Barro
Indica que “los datos, si bien aún son objeto de controversia, señalan que el efecto de una unión monetaria para incrementar el volumen del comercio puede ser mucho mayor que el de un régimen de tipo de cambio fijo”.
Los dos catedráticos de Harvard dijeron que un número cada vez mayor de países está optando por sacrificar su independencia monetaria e ingresar a uniones monetarias, crear cajas de conversión o dolarizarse.
Alesia aceptó que todavía no existe seguridad de que las uniones monetarias sean una tendencia, pero de ser así no significaría ningún problema. “Lo que tenemos es un puñado de casos como la zona del franco en Africa, el uso del dólar de Estados Unidos –Panamá y Ecuador– y los países de la Unión Europea que utilizan el euro”.
Explicaron que existen casos destacados como el de Hong Kong, en el que la moneda local está atada al dólar estadounidense, mediante una caja de conversión aunque sigan usando sus propias monedas.
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