El concepto de déficit público describe la situación en la cual los gastos realizados por el Estado superan a los ingresos no financieros, en un determinado período (normalmente un año).
Cuando se habla de déficit público se está haciendo referencia al déficit del conjunto de las administraciones públicas de un país, así por ejemplo si nos referimos al caso español; dentro del déficit público se encontraría una parte originada por el Estado, otra por las Comunidades Autónomas y otra por los Ayuntamientos, siendo el déficit público la suma de todas ellas.
Se habla de déficit fiscal en una economía cerrada en situaciones en las que el gobierno no tiene acceso al endeudamiento directo con el público, ni dentro ni fuera del país, y que sus reservas internacionales se han agotado. Por lo tanto, la única opción que le queda es endeudarse con el banco central.
Medida del déficit
La medida cuantitativa del déficit presupuestario se hace a través de la contabilidad nacional que da la medida más exacta de éste. El criterio que sigue la contabilidad nacional es un criterio de obligaciones contraídas, independiente de los pagos y cobros efectuados.
Para medir su importancia en una economía se recurre a la proporción que representa el déficit sobre el Producto Interior Bruto que da una idea de la importancia y la trascendencia de éste.
Una medida más exacta del déficit es el déficit primario, que es superior al déficit total. Este déficit revela los efectos de las medidas fiscales sobre la deuda neta del sector público con que es importante para ver si el déficit del sector público es sostenible1 Pero se debe tomar en cuenta a la inflación pues este puede afectar el tamaño de los pagos de los intereses. Fuera de la inflación, la diferencia entre el déficit fiscal total y el déficit fiscal primario es la deuda acumulada, que no necesariamente refleja las políticas fiscales vigentes del gobierno.2
El nacimiento del déficit en los años setenta
La existencia de déficits de los presupuestos públicos en los países ha sido un hecho que se empezó a generalizar en los años siguientes a la crisis del petróleo de 1973. Como origen del aumento y la persistencia de los déficit públicos se distinguen cuatro hechos principales:
Inmediatamente después de la crisis del petróleo, las economías experimentaron una fuerte desaceleración de la actividad, como consecuencia se produjo una menor recaudación fiscal y a la vez un aumento de los gastos sociales ligados al desempleo. Este fenómeno conocido como el efecto de los estabilizadores automáticos incrementó la cuantía de los déficit.
La persistencia de los déficits de presupuesto públicos en las economías ha provocado un aumento del endeudamiento público que ha incrementado los tipos de interés. Todo esto ha desembocado en que el componente de gastos de intereses por esta deuda ha experimentado un gran aumento, contribuyendo a su vez por sí mismo a un mayor déficit.
La incidencia de la inflación sobre el gasto público. Esta influencia viene motivada por el hecho de que los gastos públicos se adaptan con mayor rapidez a la inflación que los ingresos.
Aunque cuantitativamente menos importante, también ha tenido un papel trascendente las políticas fiscales discrecionales que se llevaron a cabo sobre todo en los años setenta para luchar contra la paralización de la actividad económica. A partir de 1980 se cambió la estrategia optando por políticas restrictivas desde el punto de vista presupuestario.
Efectos económicos
Los déficit presupuestarios se habían considerado de forma tradicional en la política económica keynesiana como forma de estimular la demanda de productos y en general la actividad económica ante situaciones de caída del consumo y la inversión privados, pero estas medidas se han demostrado poco eficientes, en determinadas ocasiones, por la existencia de una serie de consecuencias indeseadas de los déficit presupuestario que anulan el efecto inicial expansivo.
Efectos de expulsión real. Este efecto supone que los incrementos de la demanda producidos no conllevan una mayor actividad en el país sino que conduce a un incremento de las importaciones que son las beneficiadas del déficit. Un ejemplo de esta situación se dio en Francia de 1981 a 1983. 3
Una segunda manifestación de los efectos de expulsión real se producen en el comportamiento que experimenta el ahorro privado ante el déficit presupuestal. En determinados casos en que el déficit se financia mediante la emisión de dinero y la consiguiente aceleración de la inflación, las familias reaccionan como mecanismo de defensa incrementado su ahorro y por tanto disminuyendo el consumo privado, compensando y diluyendo por tanto el efecto del mayor gasto público.
El efecto de la expulsión financiera. La financiación del déficit mediante la acumulación de deuda pública y aumento de los tipos de interés provoca un efecto sobre la economía privada de expulsión, en el sentido de que la escasez de capitales por la deuda provoca que proyectos de inversión y gasto privados no puedan realizarse disminuyendo la actividad privada.
Pero para estudiar adecuadamente los efectos del déficit presupuestario sobre el nivel de actividad hay que tener en cuenta no solo la cuantía del mismo, sino también de la composición del gasto público que se lleva a cabo, la estructura del sistema impositivo, su financiación y también el carácter coyuntural o permanente de sus causas.
En 2012, España fue el país europeo con el mayor déficit público de la Unión Europea (UE).
Según datos de la oficina estadística comunitaria, Eurostat, el déficit de la nación fue de 10.6% del Producto Interno Bruto (PIB), por encima del 9.4% registrado en 2011 y por delante del 10% observado en Grecia, el segundo país de la lista, que redujo la cifra en cinco décimas.
Los déficits también fueron más elevados en los países sometidos a programas de ayuda financiera:
*7.6% en Irlanda
*6.4% en Portugal
*6.3% en Chipre
¿Y las principales economías europeas?
*Francia redujo su déficit del 5.3% al 4.8%, tres décimas más que su meta para 2012
*Italia logró pasar del 3.8% al 3.0% determinado por el pacto de estabilidad de la eurozona
*Alemania experimentó un superávit del 0.2% del PIB
En términos generales, los países de la zona del euro redujeron su déficit hasta 3.7% del PIB en 2012 frente a 4.2% del año precedente, pese a que la mayoría de sus países miembros incumplieron sus metas, de acuerdo con la Eurostat.
También la UE en su conjunto logró disminuir su déficit hasta 4% del PIB, comparado con el 4.4% en 2011.
La deuda pública crece
La cifra aumentó tanto en la zona del euro como en el conjunto de los 27 países hasta un total de 90.6% y 85.3%, respectivamente.
A finales de 2011 la deuda de los socios de la unión monetaria se elevaba al 87.3% y la de la UE al 82.5%.
Los países con mayores deudas
*Grecia, con un equivalente al 156.9% del PIB
*Italia, con 127%
*Portugal, con 123.6%
*Irlanda, 117.6%
*España fue el país donde el nivel de deuda aumentó más rápido, 6.8 puntos entre el tercer y el cuarto trimestre del año pasado, hasta el 84.2%.
Los menores niveles de deuda
*Estonia, del 10.1%
*Bulgaria, del 18.5%
*Luxemburgo, del 20.8%
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