Fiction City ha sintetizado la adrenalina del éxito en una curva de crecimiento exponencial que no cede de los 45 grados ascendentes.
Al imaginar este proyecto consideré que la probabilidad del fracaso no era un sencillo cálculo de posibilidades en un dado; era sin duda el asentimiento de la falta de apoyo en nuestro conocimiento y el desarrollo de métodos para superar nuestra ignorancia.
Fue fundamental la capacidad de conformar un equipo profesional con más ambiciones por Fiction City que por sí mismos, capaces de vivir en un mercado hostil y gerenciar el caos, para alcanzar el éxito.
A diario les comento a mis colaboradores que las librerías están atiborradas de biografías de ejecutivos de éxito que presentan su definición de cómo alcanzarlo, pero nadie cuenta como aprender del fracaso.
Internet ha sido una escuela acelerada de negocios, plagada de errores y con pocos aciertos, para adaptar a este mundo a la nueva economía del conocimiento.
Aun nosotros nacimos con la convicción de que habíamos encontrado un nicho global insatisfecho, “la necesidad de los artistas por trascender” pero hoy nos damos cuenta que Fiction City responde a una necesidad mucho más profunda y horizontal, que es la propia evolución de la sociedad que metaboliza las expresiones artísticas como un objeto de innovación y progreso, y ciertamente pasamos a ser un acelerador del mercado.
La necesidad del artista por dar a conocer su obra ha abierto un portal en una sociedad cada vez más sedienta de conocer lo nuevo, de surfear las tendencias y fundamentalmente de modelar gustos cada vez más específicos y refinados.
De la misma forma que otras redes sociales le dan el control centralizado sobre su vida social al individuo, Fiction City ha integrado la necesidad de indexar arte en estado puro y brindar al usuario una búsqueda facetada que represente lo que realmente desea y no lo que el sistema comercial ha seleccionado para que consuma.
No podemos asegurar de forma instintiva las características no lineales de la probabilidad de éxito de cada uno de nuestros proyectos, pero la realidad nos sorprende gratamente, gracias a una metodología para desarrollar nuestros poyectos que es propietaria y nos brinda una filosofía de trabajo distintiva. La malgama de Fiction City es la pasión por lo que hacemos.
No creemos en la suerte como un hecho fortuito, la fabricamos creando el suficiente número de oportunidades para garantizar un resultado.
Desde el punto de vista del management, sabemos que las enseñanzas tradicionales son en muchos casos inexactas para esta nueva economía, generamos y medimos experiencias, y en base a los resultados vamos adaptando nuestros métodos de forma constante a lo que consideramos nuestro manual de buenas prácticas.
No nos da vergüenza cambiar de opinión, las empresas que se obstinan frente al cambio perecen.
Sabemos que el peor pecado del éxito es la alucinación del conocimiento, cuando un empresario creer tener clara la fórmula del éxito en su mercado, ha iniciado la primer etapa del fracaso, luego sobreviene el pensamiento mágico en la creencia nihilista de que una sola medida salvadora lo volverá al camino deseado y por ultimo viene la caída y la aceptación de la quiebra.
La nueva economía no da una segunda oportunidad para el negocio, no hay lugar para errores y ciertamente hay que cultivar la humildad intelectual para no relajarse y caer.
Bandas 3.0 el desafío que montamos junto a Claro, Samsung y Time for Fun es sin duda un caso de estudio, en solo un par de semanas hemos provocado un cambio sociológico en la juventud, modificando de una vez y para siempre la cultura local, lo que antes llevaba décadas hoy se concreta en días, la dinámica del cambio en la cultura sigue los patrones de aceleración del conocimiento humano, si no fuéramos tan eficaces en gerenciar el cambio, pereceríamos en el intento.
En el sentido creativo más puro suscribo a quien sostuvo que encendimos la máquina de Dios, porque somos participes de la “creación” de nuevas estrellas.
Por Silvio Pestrin Farina
CEO & Founder de FictionCity.net
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