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Situación empresarial de Gamarra

Juan Infante, Gerente general consultora Diempresa
Diógenes Alva - Representante de Empresarios de Gamarra, explican la
Situación empresarial de Gamarra.

Que no escale el conflicto en Gamarra
Parece que el cierra puertas de Gamarra va tomando impulso y que los actores principales van moviendo sus fuerzas golpeándose duro antes del desenlace. El viernes pasado hubo un operativo de decomiso de prendas piratas y desde Gamarra se anuncia para este 28 una quema de prendas chinas.
El conflicto está escalando y están dejando que se convierta en una bola de nieve peligrosa. Ya la presencia policial en Gamarra implicó una trifulca con jóvenes desadaptados en las calles. 
Esos jóvenes están ahí desde hace tiempo, como estuvieron en La Parada y nada garantiza que no vayan a estar haciendo daño con su irritabilidad y un estimulo monetario los días en que Gamarra anuncia sus movilizaciones.
El conflicto se puede desbordar y dar lugar a imágenes terribles para Gamarra, Lima y el país. La pregunta es si eso es lo que quiere el gobierno. Y también es válido preguntarles a los empresarios si eso es lo que quieren.
Creo que desde ambos bandos debe primar la cordura porque, en primer lugar, es absurdo que no estén construyendo juntos, gobierno y empresarios de Gamarra, un mismo camino.
Lo único que piden los empresarios de Gamarra es que el Estado funcione también para ellos. Lo hacen de manera desordenada y quizás agresiva porque, la verdad, ya no saben qué hacer para que les hagan caso. En mi opinión estás son las cosas sobre las que hay que tomar acción.
Lo primero es que hay que reconocer que las ventas en Gamarra han bajado mucho mientras que los confeccionistas y comerciantes del conglomerado han visto sus costos subir de manera exorbitante. 
¿Por qué bajaron las ventas? La razón fundamental es la aparición de una competencia más agresiva. Los centros comerciales y las tiendas por departamentos han tenido una expansión bárbara y brindando una calidad de experiencia de compra que Gamarra no ofrece.
Esto no solo sucede en Lima sino en todas las ciudades con un número relevante de consumidores. El boom de los centros comerciales y de las tiendas por departamento ha originado la caída en ventas de las galerías comerciales y pequeños comerciantes de los distritos de Lima y de las provincias que eran abastecidos al mayoreo por Gamarra.
Los empresarios del conglomerado vienen perdiendo consumidores finales y también distribuidores a nivel nacional. Mientras tanto, el municipio les subió los arbitrios de manera considerable (los empresarios dicen que más de 500%) y los dueños de las galerías aumentaron también considerablemente el valor de los alquileres.
Los confeccionistas (de Gamarra y la Sociedad Nacional de Industrias) quieren hacer carga montón contra la ropa china. Este es un asunto pendiente hace años y que debería ser investigado de inmediato. 
Hay que invertir en identificar si existe o no dumping y la subvaluación. Los confeccionistas dicen que los precios a los que llegan los productos confeccionados son más baratos que los precios a los que ellos compran la tela de china. Razones tienen y no comprenden el por qué de la desidia estatal en este tema.
El Perú tiene un enorme parque de maquinarias de confecciones y textiles, una gran cantidad de operarios calificados, una naciente camada de profesionales del diseño y una enorme masa de pequeños empresarios con experiencia en el mercado interno y el regional sudamericano ¿Puede todo eso perderse?
Esa es la agenda principal de los confeccionistas hoy. A ello, se le podría sumar lo siguiente: los confeccionistas necesitan entrar a las tiendas por departamento pero por sus propias falencias gerenciales, reglas de juego desiguales y el poco interés de las tiendas por departamento no lo logran. 
Pero el tema de la ropa china no es el problema principal de los comerciantes que pueblan en un mayor número las galerías de Gamarra. Para ellos lo central es la desatención municipal. El Municipio de la Victoria ha vuelto a convertir a Gamarra en un lugar poco atractivo.
Por ello para los comerciantes y los dueños de las galerías de Gamarra la agenda es otra. Necesitan autonomía de la Municipalidad de La Victoria para desarrollarse como un gran complejo comercial. Gamarra debe ser manejado como un complejo único y no solo como una sumatoria desordenada de galerías comerciales.
Esa es una decisión de Estado, que involucraría un trabajo coordinado entre el ejecutivo, el congreso, la Municipalidad de Lima y la de La Victoria. Junto con eso, el gobierno de Humala haría bien en declarar el complejo de Gamarra como una prioridad de inversión pública y en función a eso, destinar una cantidad significativa de recursos para dotarlo de la mejor infraestructura.
Gamarra no debe morir ni como centro comercial ni como centro de producción. La zona hace rato demanda una contundente política de promoción para su desarrollo. Gamarra puede ser el centro latinoamericano de la moda en un dos por tres y transformar el mal tiempo actual en un punto de inflexión. 
Se puede y sobre todo se debe. El Estado tiene que reaccionar y no esperar el muy probable desmadre de la movilización para trabajar después.

Twitter: @elinfantejuan

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