Expertos en políticas debaten si una moneda de platino de 1 billón de dólares sería una medida inteligente o demente para que el presidente Obama juegue rudo con los republicanos en la batalla por el límite de la deuda que se avecina.
Esto es lo que debes saber acerca de esta idea en apariencia alocada:
1. Un vacío legal da al Secretario del Tesoro una autoridad aparentemente ilimitada para acuñar monedas de platino.
El Tesoro tiene prohibido imprimir dinero para cubrir el déficit del Gobierno. El Tesoro debe emitir deuda, mientras que la Reserva Federal controla independientemente la impresión monetaria de Estados Unidos.
Así es exactamente como debería ser. Pero hay una obscura excepción para las monedas de platino. Para servir a los coleccionistas de monedas, el Tesoro puede emitir monedas de platino de cualquier denominación. Esto crea un vacío legal intrigante: El Tesoro podría saltarse al mercado de coleccionistas y acuñar una moneda de platino de 1 billón de dólares. Al depositarla en la Reserva Federal (Fed), el Tesoro podría seguir pagando las facturas después de que Estados Unidos haya agotado totalmente su límite de endeudamiento.
2. La mayoría de los observadores creen que ésta es una idea terrible, pero los argumentos legales en su contra son débiles en el mejor de los casos.
No soy abogado, pero los argumentos jurídicos parecen muy poco convincentes. El texto del estatuto es claro, y en todo caso, el Poder Ejecutivo ha logrado aprobar acciones amplias en momentos extremos. Durante la crisis financiera, por ejemplo, el Tesoro interpretó de manera agresiva su autoridad con el fin de rescatar a GM y Chrysler y para respaldar los fondos del mercado monetario. Si el incumplimiento se convirtiera en una posibilidad real, la misma amplitud podría justificar una moneda de platino.
3. Los argumentos económicos en contra de la moneda son más fuertes pero manejables.
Hay una buena razón por la que el Tesoro tiene prohibido imprimir dinero para pagar las deudas: la inflación. Muchas economías se han arruinado cuando los gobiernos derrochadores recurren a la impresión de dinero. Pero acuñar la moneda de platino no significa necesariamente monetizar la deuda. La Reserva Federal tiene capacidad suficiente para compensar cualquier impacto inflacionario mediante la venta de algunos de los billones de dólares en títulos del Tesoro que ya posee. Mientras la Fed haga su trabajo, la inflación no sería un riesgo.
4. Los mejores argumentos en contra de la moneda de platino involucran la imagen y la política.
Acuñar monedas de 1 billón de dólares suena como la trama de un episodio de Los Simpsons o una secuela de Austin Powers. Carece de dignidad. Y a pesar del cinismo moderno, eso sí significa algo.
También sería prematuro. Obama y los miembros republicanos y demócratas del Congreso tienen aproximadamente dos meses para lograr un acuerdo sobre el límite de la deuda. No hay ninguna razón para hacer cortocircuito al proceso, por doloroso que sea, con la acuñación preventiva de una moneda como sugiere la ahora famosa petición #MintTheCoin dirigida a la Casa Blanca.
5. No obstante, la estrategia de una moneda de platino podría ser mejor que las otras alternativas si llegamos al borde del impago.
Los analistas han considerado una serie de otras opciones para evitar el impago, incluyendo priorizar pagos, afirmar que el límite de la deuda es inconstitucional, y temporalmente vender oro en Fort Knox. Todos los cuales plantean graves problemas prácticos, legales y de imagen.
Entre este feo grupo, la moneda de platino parece relativamente brillante. En particular, sería mucho menos provocativa que ver a Obama afirmando que el límite de deuda es inconstitucional. Esa opción nuclear crearía una crisis política, mientras que una moneda de platino podría ser una constructiva 'moneda de cambio'.
6. Si es necesario, el Tesoro debe acuñar pequeñas monedas de platino, no una de 1 billón de dólares.
Una moneda de 1 billón de dólares es llamativa y ridícula. Es por eso que ha llenado el vacío en la opinión experta dejado por el abismo fiscal. Sin embargo, una sola moneda no tiene sentido político. No existen operaciones federales que se produzcan en incrementos de 1 billón de dólares.
Entre las transacciones más grandes se encuentran las subastas de bonos del Tesoro, que hoy recaudan alrededor de 25,000 millones de dólares a la vez. Si es necesario, el Tesoro podría emitir monedas individuales de 25,000 millones de dólares cada una en lugar de una necesaria subasta de bonos. Aún sería ridículo, sin duda, pero no tanto como lo sería calibrar la emisión de moneda metálica a las necesidades de financiamiento inmediatas.
Steve Randy Waldman sugiere un enfoque más granular: Emitir monedas metálicas denominadas en millones, no en miles de millones. Estas 'pequeñas' denominaciones serían aún menos ridículas y podrían ser utilizadas en transacciones con empresas privadas, no sólo en depósitos de la Reserva Federal.
Por supuesto, el mejor camino sería un acuerdo bipartidista para aumentar el límite de la deuda, que abordara los recortes de gastos previstos, y que fortaleciera nuestro futuro fiscal, todo arreglado antes de llegar al precipicio.
Pero si llegamos al borde, la acuñación de monedas de un millón o de miles de millones de dólares en platino sería mejor que caer en impago.
*El autor es director del Urban-Brookings Tax Policy Center y es ex director interino de la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO; por sus siglas en inglés). Una versión de este comentario apareció por primera vez en el blog TaxVox de su grupo.
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